¿cuales son los sectores desposeidos?

lunes, 5 de noviembre de 2012

La República Presidencial, 1925- 1973.


La República Presidencial, 1925- 1973.




Este período se inicia con la aprobación de la Constitución de 1925 que robusteció el poder del Presidente de la República, independizándolo de la influencia del Congreso. Además, estableció: 






- la separación definitiva entre la Iglesia y el Estado, 
- aseguró a todos los habitantes la igualdad y 
- garantizó que el Estado buscara el bienestar de todos los ciudadanos.


El régimen de gobierno en el período. 
El Presidente volvió a tener un fuerte poder, duró 6 años en su cargo. La mayoría de los presidentes fueron elegidos con minoría de votos, al no existir “segunda vuelta” electoral. Los presidentes del período fueron los siguientes:


- Emiliano Figueroa Larraín, 1925- 1927; 
- Carlos Ibáñez del Campo, 1927- 1931; 
- Juan Esteban Montero, 1931- 1932; 
- Arturo Alessandri Palma, 1932- 1938;
- Pedro Aguirre Cerda, 1938- 1941; 
- Juan Antonio Ríos, 1942- 1946; 
- Gabriel González Videla, 1946- 1952; 
- Carlos Ibáñez del Campo, 1952- 1958; 
- Jorge Alessandri Rodríguez, 1958- 1964; 
- Eduardo Frei Montalva, 1964- 1970; 
- Salvador Allende Gossens, 1970- 1973.


Existieron tres períodos característicos en la historia política del presidencialismo en Chile:


- La primera etapa entre 1938 y 1952: puede caracterizarse como de alta propensión a la formación de coaliciones y de continuidad gubernamental.


- La segunda etapa entre 1952 y 1964: hay una alta propensión a la formación de coaliciones combinada con discontinuidad gubernamental.


- La tercera etapa entre 1964- 1973: baja propensión coalicional y discontinuidad gubernamental.


Los Gobiernos de la República Presidencial.


La promulgación de una nueva Constitución, conocida como la Constitución de 1925, puso término al parlamentarismo, estableciendo el sistema presidencial de gobierno, que se caracteriza por la un poder Ejecutivo fuerte. El 1 de octubre de 1925, Arturo Alessandri Palma renunció a la presidencia. Los principales partidos políticos se pusieron de acuerdo en llevar a la presidencia a Emiliano Figueroa (1925- 1927), pero su gobierno fue incapaz de introducir los cambios que se esperaban. Ante tal situación, el 4 de mayo de 1927 Figueroa presentó su renuncia, lo que provocó que el ministro de Guerra, Carlos Ibáñez del Campo fuera electo presidente por un 98% de los votos.


El gobierno de Ibáñez (1927- 1931).
Las principales preocupaciones de Ibáñez eran el restablecimiento del orden, la reestructuración de la administración pública y llevar a cabo una amplia reforma económica. Para ello, tomó duras medidas en contra de la corrupción, depurando la magistratura, el ejército y la armada. Este mandato se caracterizó, principalmente, por la aplicación de un programa de obras públicas (construcción de escuelas, carreteras, puertos y edificios públicos). Nuevas instituciones fueron creadas, entre ellas, Carabineros de Chile (1927) y la Fuerza Aérea de Chile. Además, la educación se hizo obligatoria para los niños y jóvenes entre siete y 15 años y se dictó la ley de autonomía universitaria que garantizaba la independencia de la Universidad de Chile. En el plano internacional, se concluyó el conflicto con Perú por el dominio de Tacna y Arica, llegándose al acuerdo de que la primera ciudad quedara en territorio peruano y la segunda, en el chileno. Se estableció, además, el correspondiente límite (1929).


Fin del gobierno de Ibáñez.
En 1929, la gran depresión mundial repercutió Chile, disminuyendo notablemente la venta de salitre, esto produjo una fuerte disminución del poder económico, una gran cesantía y la suspensión del pago de la deuda externa. Este fue el comienzo de una agitación pública difícil de controlar. Sobrevino la confusión y el paro parcial de la industria y el comercio. Ante ello, Ibáñez el 26 de julio de 1931 presentó su renuncia.



La anarquía (1931- 1932).
Tras la caída de Ibáñez sobrevino un período complejo y lleno de incidencias político-sociales, tanto que se acepta que durante esos años se vivió en nuestro país una anarquía política. Finalmente, se realizaron elecciones en 1931 donde resultó ganador Juan Esteban Montero, quien asumió la presidencia en medio de una caótica crisis económica y financiera. Por ello era necesario enfrentar esta situación, reducir gastos, disminuir sueldos, empleos públicos y conseguir nuevos créditos en el exterior. Sin embargo, la situación no cambió, el 4 de junio de 1932 se produjo un levantamiento militar que provocó la renuncia del presidente y la proclamación de unarepública socialista. Tras un período de desorganización, finalmente se realizaron elecciones donde triunfó Arturo Alessandri Palma. Así, terminaba la anarquía y el país volvía hacia la recuperación de la institucionalidad.


El regreso a la estabilidad.
Arturo Alessandri (1932- 1938)logró reimponer el orden constitucional con la colaboración de todos los sectores políticos. En materia económica, la creación de la Corporación de Ventas del Salitre y Yodo (Covensa), en 1934, logró reducir el impacto de la crisis salitrera y lograr un repunte de esta actividad. Los ingresos generados por el salitre permitieron reiniciar el pago de la deuda externa y poner en práctica un programa de obras públicas. Se construyó el barrio cívico, el Estadio Nacional, la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, numerosas escuelas, caminos, puentes, entre otras. Gracias a todas estas obras, en tres años la cesantía casi desapareció. Junto con las medidas económicas, se adoptó una serie de reformas políticas y legislativas, entre ellas se otorgó el voto a las mujeres para la elección de autoridades municipales (1934), se dictaron leyes que mejoraron la situación de los obreros y empleados, etc.


El comienzo del descontento 
Pese al mejoramiento económico que experimentó el país, había sectores que demandaban mayores cambios sociales y políticos. Así, se llevaron a cabo las elecciones presidenciales de 1938 donde Pedro Aguirre Cerda fue el candidato del Frente Popular, que reunía a socialistas, comunistas y radicales quien ganó la elección, y con este triunfo inició un nuevo período que llevó a la presidencia a tres políticos radicales.



Los gobiernos radicales
Durante el gobierno de Pedro Aguirre Cerda (1938-1941) la gran transformación de esta época fue la aplicación de una política de sustitución de las importaciones, que incentivó el crecimiento de la industria nacional, reduciéndose la cesantía y mejorándose los niveles de vida. Se creó la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) y la Empresa Nacional de Electricidad (Endesa). El lema de Aguirre Cerda era “Gobernar es educar”, y por ello creó más de mil escuelas de enseñanza primaria y de unos 3.000 cargos para profesores. También se fundaron numerosas escuelas técnico-industriales, dedicadas a formar a los trabajadores que iban a dirigir el progreso industrial. Sin embargo, el presidente Aguirre Cerda no alcanzó a terminar su mandato porque murió el 25 de noviembre de 1941.


Gobernar es producir.
Posteriormente, fue elegido como nuevo gobernante el radical Juan Antonio Ríos(1942-1946), con el apoyo de su partido radical, de los socialistas, comunistas, democráticos y la Falange Nacional, grupo surgido del Partido Conservador y que más tarde daría vida a la Democracia Cristiana. Ríos trató, no obstante, de hacer un gobierno nacional. Debido a los constantes aumentos de salarios y sueldos se produjo en el país un período de inflación creciente (aumento generalizado y continuo de los precios que limita la satisfacción de la demanda). En cuanto al desarrollo económico, dio impulso a la política industrializadora. Así, llevando a la realidad su lema “Gobernar es producir”, construyó centrales hidroeléctricas y creó la Empresa Nacional de Petróleo (ENAP). Sin embargo, Juan Antonio Ríos, falleció el 27 de junio de 1946.


Gobierno de Gabriel González Videla.
En 1946 fue elegido presidente el radical Gabriel González Videla (1946- 1952), quien llegó al poder apoyado por una coalición de radicales y comunistas. Este gobierno se vio afectado por las continuas diferencias y conflictos entre los grupos políticos que lo respaldaban. Además, esto se vio agravado por la guerra fría desatada entre la Unión Soviética y Estados Unidos. Ni radicales ni conservadores aceptaron la política antiestadounidense y prosoviética que los comunistas fomentaban. Esto significó la ruptura entre González Videla y el Partido Comunista, y con ello la división del Frente Popular. Luego de una serie de huelgas sucesivas, el mandatario dictó la Ley de Defensa Permanente de la Democracia (1948), donde se estableció que el Partido Comunista fuese proscrito y que sus máximos dirigentes fuesen encarcelados en Pisagua. En cuanto a las realizaciones de esta administración, en el sector educativo destaca la creación de la Universidad Técnica del Estado (1947). En el sector económico, se continuó con el programa de la CORFO y se organizó la Compañía de Aceros del Pacífico (CAP), que construyó entre 1947 y 1950 la planta siderúrgica de Huachipato, abasteciendo de acero el mercado nacional y exportando a todos los países de Sudamérica, Estados Unidos, Canadá y Japón. Se construyó la Refinería de Petróleo de Concón y la Fundición de Paipote. En el ámbito legislativo, una de las más destacadas iniciativas del gobierno de González Videla fue la promulgación de la Ley que concedió derecho a voto a la mujer en las elecciones presidenciales (1949).


Fin de los gobiernos radicales.
Los diversos cambios en las asociaciones políticas del radicalismo, la desconfianza hacia los políticos, la inflación y el no cumplimiento de las expectativas de la ciudadanía, influyeron en que, después de 14 años de gobiernos radicales, el electorado deseara un cambio. Este panorama permitió que el general Carlos Ibáñez, cuya campaña había tomado como símbolo la “escoba” –que barrería con la inmoralidad y la corrupción política–, triunfara con una abrumadora mayoría en las elecciones de 1952. El resultado favorable hacia Ibáñez fue dado por la preferencia del electorado femenino que, por primera vez, votaba en una elección presidencial.

Carlos Ibáñez del Campo, 1952 – 1958. 
La reacción popular contra los partidos tradicionales tuvo como consecuencia la elección del general independiente Carlos Ibáñez, quien restauró el orden en cierta medida, aunque no pudo solucionar los problemas económicos y sociales. Entre sus obras destacan: Deroga la ley maldita. Nace el Banco del Estado. Cédula única. Nace la CUT (Central Unitaria de Trabajadores).


Jorge Alessandri, 1958 –1964.
En 1958 asumió la presidencia Jorge Alessandri, antiguo senador e hijo de Arturo Alessandri Palma, a la cabeza de una coalición de conservadores, radicales y liberales, con una plataforma que favorecía la libre empresa y la promoción de la inversión extranjera. En respuesta a la fuerte oposición del nuevamente legalizado Partido Comunista y de la recientemente creada Democracia Cristiana, Alessandri propuso un plan de diez años que establecía reformas fiscales, proyectos de infraestructura y la reforma agraria. En 1964 rompió relaciones diplomáticas con Cuba, aunque restableció los vínculos con la Unión Soviética. En 1960, un maremoto y un terremoto sacudieron al país provocando enormes daños y miles de muertos, especialmente en la zona de Valdivia.


Eduardo Frei Montalva, 1964 – 1970.
En las elecciones presidenciales de 1964, el antiguo senador Eduardo Frei Montalva, candidato de la centrista Democracia Cristiana, derrotó a una coalición de izquierda. Bajo el lema de “la revolución en libertad”, inicia en Chile una etapa política marcada por la Doctrina Social de la Iglesia, que llamaba acercar el progreso económico a los sectores más desposeídos. Frei inicia una de las transformaciones más significativas en la historia económica del país al poner en marcha la Reforma Agraria, cuya implementación sería el germen de una crisis política posterior. Su obra principal fue la nacionalización parcial del sector del cobre (la denominada “chilenización del cobre”). Otras obras suyas fueron: Reforma Educacional; Aeropuerto Pudahuel, Túnel Lo Prado y T.V.N.


Salvador Allende, 1970- 1973.
Al aproximarse las elecciones presidenciales de 1970, la oposición de izquierda se coaligó en la Unidad Popular. Nombró candidato a Salvador Allende, quien en su campaña presentó un programa que prometía la nacionalización total de todas las industrias básicas, de la banca y de las comunicaciones. En las urnas obtuvo el apoyo del 37% de los votantes, por lo que, al no haber logrado una mayoría absoluta, el Congreso tuvo que pronunciarse y respaldó a Allende frente a su opositor de derecha, el anterior presidente Alessandri (en Chile, la elección presidencial no es directa y es el Congreso el que designa al mandatario). Allende se convirtió en el primer presidente elegido con un programa socialista en un país no comunista de Occidente. Una vez asumido el cargo, Allende comenzó rápidamente a cumplir sus promesas electorales, orientando al país hacia el socialismo (con su popular lema “vía chilena al socialismo”. Se instituyó el control estatal de la economía, se nacionalizaron los recursos mineros (Nacionalización del cobre), los bancos extranjeros y las empresas monopolistas, y se aceleró la reforma agraria. Además, Allende lanzó un plan de redistribución de ingresos, aumentó los salarios e impuso un control sobre los precios. 



El golpe militar:
La oposición a su programa político fue muy vigorosa desde el principio y hacia 1972 se había producido una grave crisis económica y una fuerte polarización de la ciudadanía. La situación empeoró aún más en 1973, cuando el brutal incremento de los precios, la escasez de alimentos (provocada por el recorte de los créditos externos), las huelgas y la violencia llevaron al país a una gran inestabilidad política. Esta crisis se agravó por la injerencia de Estados Unidos, que colaboró activamente por desgastar al régimen de Allende. El 11 de septiembre de 1973 los militares tomaron el poder mediante un golpe de Estado, pereciendo Allende en la defensa del palacio presidencial. (La opinión generalizada es que Allende se suicidó durante el asalto al palacio de la Moneda). Con este hecho, termina la República Presidencial y se inicia un período de dictadura militar que se extendió hasta 1990.

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